La sala francesa Badaboum comenzó el pasado jueves 6 de octubre su nueva sesión en la que los Djs actuan tras una cortina y el club se guarda el derecho de dar a conocer al artista invitado
La música electrónica ha sufrido una evolución a lo largo de los últimos años en la que ha pasado de escucharse tan solo en los clubes más pequeños y oscuros, a tener presencia en eventos masivos y espacios diferentes, como ocurrió en Madrid hace unos meses durante las fiestas de San Isidro, donde artistas como Cora Novoa o Ed is Dead actuaron en la madrileña plaza de las Vistillas. Sin embargo, aunque se ha conseguido que la electrónica llegue a todos los rincones, también ha proliferado el llamado "postureo electrónico" por el cual parte de la gente que asiste a estos eventos no lo hacen por la música, sino para poder hacerse la foto con el Dj estrella del momento.
Es por ello que la parisina sala Badaboum, uno de los clubes de mayor renombre en la capital francesa, se ha propuesto llevar a cabo una vez a la semana una fiesta en la que el protagonista absoluto es la música y no la figura del Dj.
¿A qué nos referimos con esto? La sala comenzó el pasado jueves 6 de octubre una nueva sesión en la cual se pretende volver al espíritu de los años 90, donde los Djs no eran las estrellas de la fiesta . "Todos los jueves los Djs invitados actuarán en Badaboum como siluetas detrás de una cortina que estará retroiluminada" cuenta Martin Munier, director artístico del club.
El nombre de la sesión es MERCI y el equipo ha explicado que no dará información previa sobre el Dj que actuará durante la velada, aunque quizá lo revelen durante la actuación, como ocurrió el pasado día 6 que contó con la actuación tras la cortina de Mad Rey. Quieren experimentar con este concepto de fiesta en el que pretenden devolver el protagonismo total a la música. En cuanto a los sonidos que escucharemos durante estas sesiones encotramos un fuerte apogeo del house y el funk que se mezclarán con otros estilos de electrónica.
La primera fiesta fue un gran éxito, gracias en parte a la curiosidad que había despertado el evento en las redes sociales. Todo un ejemplo respeto a la tradición electrónica.